La Boca del Infierno. Hecho

La Boca del Infierno






Familia Feliz


Cuando preparas nuevas actividades a gente que nunca las ha realizado siempre te asalta la duda de si estarán preparadas para hacerlas y si la experiencia sera placentera o no. Ya hace un par de años que quería compartir mi afición por los barrancos con las crías. 



Las empresas de guías suelen realizaros con críos bien pequeñicos, pero no estábamos del todo convencidos. Hablando con un buen amigo y un gran conocedor de todas las actividades de montaña,  me recomendaba que nada. Que esperara, que para los críos se les hacen larguicos, tanto por el esfuerzo físico como por el mental. 

Primer mini salto para entrar en calor

Sobre todo me hacía una reflexión. ¿ellas te lo han pedido, o eres tú que quieres anticiparte a sus tiempos ? No adelantes acontecimientos,  no quemes etapas y sobre todo,  no les impongas tus gustos. Eso me hizo pensar. Aquí estamos . Este año llevo hechos algunos barrancos, alguno con amigos y alguno con mi compañera. Las crías preguntaban y se interesan. Quieren que les llevemos algún día.  Y ese día llegó.  
En casa, para el cumple no les regalamos cosas, les regalamos experiencias, y este año estaba claro. Hablamos con Raúl  de Compañía Guías de Jaca  y preparamos todo.

                                                                        Guías de Jaca

Raúl ya tiene quien herede su empresa cuando se jubile


El barranco elegido es La Boca del Infierno, de Hecho. Un barranco sin mayores dificultades,  sin mucha agua que empuje y con todos los alicientes de un barranco. Saltos, rápeles, toboganes,  badinas, una pequeño pasamanos y un entorno espectacular.

El reposo del guerrero

El día anterior preparamos todo. Las crías se prueban los neoprenos en la piscina y ya están nerviosas.  Vamos pronto a la cama, hay que velar las armas. Madrugamos y todo va bien. El nerviosismo les va en aumento.

Un baberico par el padre

Después del preceptivo café en el Pozo de Serhea,  continuamos hasta Hecho mientras las crías duermen en la furgo.



Ya estamos en el parking,  y parece que tenemos suerte. Solo un grupo de 8 adultos más el guía se disponen a salir.  Nos cambiamos y bajamos al tajo. El agua esta fresquita, pero las crías no parece importarles. Empezamos a bajar y todo va guay. 


Las crías se la están gozando y no tienen ningún problema en la progresión... 
Llegamos al primer salto, sin problema, ni se lo piensan. La Lavadora, el Supermán... todo va para delante, se han sacudido el nerviosismo  y están disfrutando un tajal como dirían ellas.


Llega el momento del primer rápel y su pasamanos de aproximación. Aquí el miedo se apodera de ellas y las dudas de nosotros. Yo me siento mal. No pensaba que les iba a costar tanto. Bajamos uno con cada cría y esperamos para el ultimo rápel de 10 metros. Dos opciones, saltar o rapelar. Con las chicas no hay duda, bajamos con ellas. Solo Teresa y Raúl saltan. Yo me quedo con las ganas, pero mi mente no estaba en eso, estaba en estar bajar con las chicas y que pasaran el mal trago que llevaban.

Ay mi pobre camarica 


Una vez en el descanso de la poza ,  dejo la mochila e intento remontar nadando hasta la base de la cascada.  Se nos ha caído la cámara con todas las fotos al fondo de la cascada. Debe de tener unos 5 metros de profundo mínimo según lo que calculo. Tras un esfuerzo brutal  consigo llegar ha una pequeña cuerda que hay en la base  y descansar. Meto el cabezón,  pero entre la espuma ,  la corriente y lo oscuro del agua no hay forma de verla por más que sea amarilla. Casi mejor,  creo que no hubiera podido recuperarla aunque la viera...


Bueno, perdidas las fotos, continuamos. Las crías están más tranquilas y nosotros mas relajados. Esto se va acabando. Tenemos un último salto de 6 metros. Carla salta sin pensar y Martina baja en tirolina. Poza final y diez minutos de retorno hasta la furgo. Nos cambiamos y a comer. Si el que come escapa, teníamos asegurado el escape por lo menos para un par de días.
Buen sitio para comer o tomarte un kalimocho donde Andrés y Carmen te harán sentir como en casa. Amables y buen servicio. Del entorno, sin comentarios

                                                 Centro de Interpretación del Megalitísmo



Al final las crías han disfrutado,  y ya preguntan cuando repetimos. Eso si,  tenemos que ir a la presa a quitarles el miedo del rápel antes de nada.

Volveremos


 El  Barranco Boca del Infierno

Es el paso obligado si se quiere ir desde Hecho hasta los bosques de Selva de Oza. Recibe el nombre de Boca del Infierno por la estrechez de sus paredes y del estruendo que hacen sus aguas al chocar contra la piedra. El color rojizo de sus pierdas y arenas le dan un color de sangre que aumenta su  ambiente aterrador. 



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